Confesiones

La confesión Belga

Editada en el sínodo nacional que se llevó a cabo en Dordrecht en los años 1618 y 1619.

El más antiguo de los estándares doctrinales de las iglesias reformadas de Holanda es la confesión de fe, más comúnmente conocida como la Confesión Belga, según la designación latina del siglo diecisiete Confessio Belgica. «Belga» se refería a los Países Bajos o a Holanda entera, tanto norte como sur, lo cual hoy se divide en Holanda y la Bélgica. Las variaciones de los nombres de la Confesión Belga incluyen la Confesión Walloon, la Confesión Bélgica y la Confesión Holandesa.

El autor principal de la confesión fue Guido de Brés (1522-1567), un pastor piadoso ambulante de persuasión reformada. Durante el siglo diecisiete las iglesias reformadas en Holanda fueron sometidas a una severa persecución por Felipe II de España, un aliado de la iglesia católica romana. De Brés preparó esta confesión en francés en 1561 como una defensa del grupo de creyentes reformados perseguidos en los Países Bajos que conformaron las llamadas «iglesias bajo la cruz». De Brés probablemente fue ayudado por sus compañeros pastores que, junto con el deseaban probar a sus perseguidores que los adherentes a la fe reformada no eran rebeldes como se los acusaba, sino ciudadanos que vivían según la ley que y profesaban únicamente doctrinas bíblicas.

La confesión fue escrita como una composición independiente, aunque fue moldeada según la Confesión de Gales, una confesión de fe reformada francesa de 1559, la cual a su vez dependía del diseño de Calvino. Básicamente, la confesión sigue lo que se había llegado a conocer como el orden tradicional doctrinal de las seis loci de la teología sistemática reformada – las doctrinas concernientes a Dios (la teología propia, artículos 1-11), el hombre (antropología, artículos 22-26), la iglesia (eclesiología, artículo 37). El artículo 36 aborda la naturaleza teocrática del gobierno civil. A pesar de seguir un orden doctrinal objetivo, la Confesión transmite un espíritu personal y experiencial, facilitado por el uso repetido del pronombre «nosotros».

El próximo año, 1562, una copia fue enviada al rey Felipe II junto con un discurso donde los demandantes declararon que estaban dispuestos a obedecer al gobierno en todas las cosas lícitas, pero que ofrecerían «sus espaldas a los látigos, sus lenguas a los cuchillos, sus bocas a las mordazas y sus cuerpos enteros al fuego, sabiendo con certeza que los que siguen a Cristo deben tomar Su cruz y negarse a sí mismos» en lugar de negar la verdad expresada en esta confesión. Sin embargo, ni la confesión ni la petición produjo el fruto deseado por los protestantes con las autoridades españolas. Cinco años después, de Brés mismo se convirtió en uno de los mártires entre miles que sellaron su fe con sangre. Sin embargo, su obra ha permanecido y lo seguirá haciendo a través de este asombroso estándar doctrinal que sigue siendo una invaluable declaración simbólica de la doctrina reformada.

La confesión Belga ya había sido recibida por las iglesias reformadas en Holanda después de su primera traducción al holandés en 1562. En 1566 fue revisada por el Sínodo de Antwerp. Subsecuentemente, fue adoptada regularmente por los sínodos holandeses que se llevaron a cabo las tres últimas décadas del siglo diecisiete. Después de otra edición del texto, el Sínodo de Dort (1618-1619) la adoptó como uno de los estándares doctrinales con el cual se requería que estuvieran de acuerdo todos los que llevaban oficios en las iglesias reformadas.

Descarga la Confesión Belga aquí

El catecismo de Heidelberg

O Método de instrucción en la Religión Cristiana como se enseña en las iglesias y escuelas Reformadas.

El catecismo de Heidelberg recibió su nombre por haber sido compuesto en Heidelberg a la orden de Elector Frederick III (1516-1576), gobernador del Palatinado, una influyente provincia alemana.

Para asegurar la armonía en las enseñanzas y para facilitar el establecimiento de la fe reformada en su provincia, este gobernador piadoso comisionó a Zacarias Ursino (1534-1583), de veintiocho años y profesor de teología en la universidad de Heidelberg y a Gaspar Oleviano (1536-1587), de vientiséis años de edad y predicador en la corte de Frederick, a que prepararan un catecismo reformado para instruir a los jóvenes y para guiar a pastores y maestros. De estos dos jóvenes y divinos eruditos, Ursino llevó la responsabilidad principal del contenido material del Catecismo, mientras que Oleviano estuvo más involucrado en la composición y edición final. Bendecido por el Espíritu, «el aprendizaje de Ursino y la elocuencia de Oleviano están reflejados en el producto final: un catecismo de poder y belleza inusual, una obra maestra reconocida». Además, Frederick señala que muchos otros, incluyendo la facultad teológica y los principales oficiales de la iglesia de Palatinado, ayudaron en perfeccionar su lectura final.

Después de que el Catecismo fue aprobado por un sínodo de Heidelberg en enero de 1563, fueron publicadas en Heidelberg ese mismo año tres ediciones alemanas adicionales, de las cuales cada una tuvo pequeñas añadiduras, al igual que la traducción en latín. La cuarta edición es considerada el texto oficial del catecismo y es usado como una base para la traducción en español impresa en las siguientes páginas.

Cuando la primera edición del Catecismo de Heidelberg apareció, la Biblia en alemán no había sido dividida en versículos. Consecuentemente los pasajes bíblicos nombrados al margen incluían solo el libro y el capítulo. Además, las preguntas del catecismo no estaban enumeradas. Pronto una traducción en latín rectificó estos problemas incluyendo versículos de referencia y números en las preguntas. Además, el Catecismo también fue dividido en cincuenta y dos secciones para que una sección, llamada «Dia del Señor», pudiera ser expuesta cada domingo del año.

Las 129 preguntas del Catecismo de Heidelberg están divididas en tres partes, siguiendo el modelo del libro de Romanos. 

  • Después de una conmovedora introducción relacionada al consuelo del verdadero creyente, las preguntas 3-11 consideran la experiencia de pecado y miseria (Romanos 1-3:20);
  • las preguntas 12-85 tratan de la redención en Cristo y la fe (Romanos 3:21-11:36), incorporando una exposición extensa del Credo de los Apóstoles y los sacramentos;
  • y las preguntas 86-129 enfatizan el verdadero agradecimiento por la libertad que viene de Dios (Romanos 12-16), principalmente a través de una consideración de los Diez Mandamientos y el Padrenuestro.

Uno de los distintivos preciosos del Catecismo es su presentación de las doctrinas con claridad y piedad cálida de una manera experiencial y práctica. Es más subjetivo que objetivo, más espiritual que dogmático. No es sorprendente que el Catecismo, tan personal y devocional como se ejemplifica en su uso de pronombres singulares, haya sido llamado «el libro del consuelo» del pueblo de Dios.

El catecismo de Heidelberg fue traducido en 1563 al holandés por Petrus Dathenus y fue publicado en su salterio metrificado en 1566. Su estilo personal y su contenido experiencial pronto se ganó el amor del pueblo de Dios también en Holanda. Ese mismo año, Peter Gabriel estableció un patrón para los ministros holandeses, exponiendo el Catecismo cada domingo en la tarde a su congregación en Ámsterdam. Además, el Catecismo fue aprobado por los sínodos de Wesel (1568), Embden (1571), Dort (1578), el Hague (1586), al igual que el gran Sínodo de Dort (1618-1619), el cual lo adoptó oficialmente como el segundo de las Tres Formas de Unidad e hizo obligatoria su exposición semanal por parte de los ministros.

El catecismo ha sido traducido a todos los idiomas europeos y docenas de idiomas asiáticos y africanos. Se piensa que circuló más ampliamente que cualquier otro libro «excepto por la Biblia, The Imitation of Christ y el Progreso del Peregrino». Lleno con la unción del Espíritu, sanamente calvinista y aún así de tono moderado y de espíritu conciliador, este preciso «libro de consuelo» sigue siendo uno de los catecismos más ampliamente usados y cálidamente alabados del periodo de la Reforma.

Que Dios otorgue que la exposición semanal del Catecismo sea mantenida entre nosotros para la gloria de Su Nombre, la edificación de Su pueblo y la conversión de los no salvos.

Descarga El Catecismo de Heidelberg aquí

Cánones de Dort

Ratificado en el Sínodo Nacional de la Iglesia Reformada llevada a cabo en Dordrecht en los años 1618 y 1619.

«La decisión del Sínodo de Dort en cuanto a los cincos puntos principales en disputa en los Países Bajos» es comúnmente conocido como los Cánones de Dort (o los Cinco Artículos Contra los Remonstrantes). Consiste en declaraciones de doctrina adoptados por el gran Sínodo de Dort que se reunió en la ciudad de Dordrecht en 1618-1619. Aunque este era un Sínodo Nacional de las Iglesias Reformadas de Holanda, tenía un carácter internacional, puesto que no sólo se compuso de sesenta y dos delegados holandeses, sino también de veintisiete delegados extranjeros representando ocho países.

El Sínodo de Dort se llevó a cabo para resolver una controversia seria en las iglesias holandesas iniciada por el surgimiento del arminianismo. Jacobo Arminio (1560-1609), un profesor teológico de la universidad de Leiden se separó de la fe reformada en un gran número de puntos importantes. Después de la muerte de Arminio, cuarenta y tres de sus seguidorees ministeriales escribieron y presentaron sus perspectivas heréticas a los Estados Generales de los Países Bajos sobre cinco de estos puntos en la Remonstrancia de 1610. En este documento e incluso más explícitamente en escritos posteriores, los arminianos, que llegaron a ser llamados «remonstrantes», enseñaron:

  1. que la elección se basaba en la fe preconocida,
  2. los méritos universales de Cristo,
  3. el libre albedrío del hombre debido a una depravación solo parcial,
  4. que la gracia puede resistirse y
  5. la posibilidad de caer de la gracia.

Deseaban que los estándares doctrinales de la Iglesia Reformada fueran revisados y que sus perspectivas minoritarias fueran protegidas por el gobierno. El conflicto entre el arminianismo y el calvinismo se hizo tan severo que llevó a Holanda al umbral de una guerra civil. Por último, en 1617 los Estados Generales de los Países Bajos votó cuatro contra tres para convocar un Sínodo nacional para abordar el arminianismo.

El Sínodo llevó a cabo 154 sesiones formales en un periodo de siete meses (noviembre de 1618 hasta mayo de 1619). Trece teólogos remonstrantes, guiados por Simón Episcopius, emplearon diferentes tácticas para retrasar el trabajo del Sínodo y de los delegados-tácticas que demostraron ser infructuosas. Los remonstrantes fueron despachados bajo el liderazgo de Johannes Bogerman. Consiguientemente, el Sínodo desarrolló los Cánones, que rechazaron completamente la Remonstrancia de 1610 y presentó bíblicamente la doctrina reformada en cuanto a estospuntos debatidos, que ahora son llamados popularmente «los cinco puntos del calvinismo». la elección incondicional, la expiación limitada, la depravación total, la gracia irresistible y la perseverancia de los santos.

Aunque estos puntos no abarcan el ámbito completo del calvinismo y son mejor conocidas como las cinco preguntas del calvinismo a los cinco errores del arminianismo, ciertamente están en el centro de la fe reformada, particularmente la soteriología, pues fluyen del principio de la soberanía divina absoluta. Podrían resumirse de la siguiente manera:

  • (1) La elección incondicional y la fe son regalos soberanos de Dios.
  • (2) Si bien la muerte de Cristo es abundante suficiente para expiar al mundo entero, su eficacia salvadora está limitado a los elegidos.
  • (3,4) Todos están tan completamente depravados y corrompidos por el pecado de modo que no pueden efectuar parte alguna en su salvación; en gracia soberana Dios irresistiblemente llama y regenera al elegido a novedad de vida.
  • (5) Los que son consiguientemente salvados son preservados por Dios por gracia para que perseveren hasta el final, incluso si son afligidos por muchas debilidades mientras procuran hacer su llamado y elección seguros. Dicho de manera simple, podemos decir que el tema de los Cánones es: la gracia soberana concebida, la gracia soberana ganada, la gracia soberana necesitada y aplicada y la gracia soberana preservada.

Aunque en forma los Cánones solo tienen cuatro secciones, hablamos apropiadamente de cinco puntos o encabezados de doctrina porque los Cánones fueron estructurados para corresponder con los cinco artículos de la Remonstrancia de 1610. Las secciones tercera y cuarta fueron combinadas a propósito en una sección, ya que los hombres piadosos de Dort las consideraban inseparables, y por esa razón están designadas como «Capítulos Tercero y Cuarto».

Los Cánones tienen un carácter especial por su propósito original como una decisión sobre puntos doctrinales en disputa durante la controversia arminiana. El prefacio original los llamó un «juicio, en el cual tanto la verdadera perspectiva, de acuerdo con la Palabra de Dios, en cuanto los cinco puntos mencionados de doctrina es explicada y la falsa perspectiva, en desacuerdo con la Palabra de Dios, es rechazado». Los Cánones también tienen un carácter limitado en que no cubren el ámbito entero de doctrina, sino que se enfocan en los cinco puntos de doctrina en disputa. Cada uno de los encabezados principales consiste en una parte positiva y una negativa; lo primero es una exposición de la doctrina reformada en el tema y lo segundo es un repudio de errores arminianos correspondientes. En todo, los Cánones contienen cincuenta y nueve artículos de exposición y treinta y cuatro repudios de errores.

Los Cánones forman un documento asombrosamente bíblico y balanceado en cuanto a las doctrinas especificas expuestas. Son únicos, siendo la única Forma de Unidad compuesta por una asamblea eclesiástica y representando un consenso de todas las iglesias reformadas de su día. Tanto delegados holandeses como extranjeros, sin excepción, fijaron sus firmas en los Cánones, sean de inclinación supralapsariana o infralapsariana. Se llevó a cabo un servicio de acción de gracias al finalizarse los Cánones para reconocer al Señor por preservar la doctrina de la gracia soberana entre las iglesias reformadas.

Descarga Los Cánones de Dort aquí